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Cómo ordenar tu bolso con el método de Marie Kondo

Evita que tu bolso se convierta en un pozo sin fondo y un imán de gérmenes aplicando el método de la autora de ‘La magia del orden’ para mantener a raya tu amado complemento.

  • Vaciar y revisar su contenido a diario. Según Marie Kondo, cada día, cuando llegues a casa, sacá todo lo que tengas en el bolso. Algo que, además, te ayudará a combatir la clásica pereza de cambiar de bolso y así dejar de usar siempre el mismo.
  • Hacer un lugar para depositar lo que contiene. Puede ser una caja con compartimentos, un cajón o una simple bandeja. El truco es que sea un sitio que te permita ver de un vistazo qué es lo que realmente necesitas y qué es lo que te tenés que deshacer de inmediato.
  • Dentro sólo lo imprescindible. Cada mañana, meté en el bolso que hayas escogido para ese día lo estricatamente necesario. Es la fórmula infalible para evitar cargar con recibos antiguos, descuentos caducados, pastillas de todo tipo… Tené en cuenta que el exceso de peso en el bolso es una de las causas o agravantes del dolor de espalda.
  • Todo a la vista y en vertical. La táctica consiste en poner todos los elementos de forma vertical y ordenada. De este modo, cuando abrís el bolso ves claramente lo que necesitas sin necesidad de rebuscar horas y horas en un pozo sin fondo.
  • Establecer un sitio para cada cosa. Sí a los compartimentos. Los bolsos con este tipo de separadores son los más recomendados para mantener el orden. Si el tuyo no los tiene, puedes crearlos utilizando estuches y organizadores que te ayuden a agrupar los distintos elementos y mantenerlos en vertical.
  • Limpiarlo regularmente (y nunca lo dejes en el suelo). Te sorprendería la cantidad de gérmenes que puede llegar a acumular.

Cómo limpiarlo a fondo correctamente

Según algunas estadísticas, el bolso puede acumular más suciedad que el inodoro. Y no nos referimos solo a la parte exterior. A menudo lo limpiamos por fuera, y pasamos del resto.

  • Sacudilo y aspiralo. Cuando lo vacíes con el método de Marie Kondo, aprovechá para sacudirlo y retirar de su interior todos los restos y partículas de suciedad que haya acumulado a lo largo del día. Si es necesario, podés usar una aspiradora.
  • Limpialo adecuadamente. Si el forro interior es de tela, podés limpiarlo con una esponja ligeramente humedecida con agua y jabón. Y si es de piel, podés tratarlo con un producto específico o protegerlo con un poco de cera incolora como la que se usa para los zapatos o el protector de las tapicerías de piel.
  • Secalo también. Así se evita la proliferación de hongos y malos olores. Después de lavarlo, dejalo abierto en un lugar ventilado, o secalo rápidamente con un secador de pelo.

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