Una autoestima positiva nos ayuda a sentirnos capaces y valiosos y a aceptarnos como personas.
La autoestima que se conforma desde niños, es fundamental para la salud psicológica, ya que su falta puede provocar trastornos psicológicos, somáticos, afectivos o de conducta.
¿Por qué criar niños con buena autoestima? Por lo recién mencionado, una autoestima sana sienta los pilares para proteger a las personas frente a los desafíos y contratiempos vitales. Frente a los conflictos y las presiones negativas, es primordial que los niños se sientan bien con ellos mismos. De este modo, podrán manejar mejor todas las situaciones.
«Los niños con una buena autoestima son realistas, activos, abiertos, se relacionan fácilmente con los demás y generalmente son optimistas».
Otro es el caso de aquellos con baja autoestima, ya que sufren mayor ansiedad y frustración frente a los desafíos y conflictos que, inevitablemente, se encontrarán en su camino y frente a los que no les resultará fácil buscar soluciones. Los pequeños con baja autoestima pueden volverse pasivos, retraídos y tienen más riesgo de sufrir ansiedad y depresión.
¿Como mejorar su autoestima?
- Practicar el apego, educando a los hijos desde el respeto y la empatía. Cuando se crea un fuerte enlace emocional con los padres durante la infancia, se facilita el desarrollo de una personalidad segura e independiente.
- Hay que demostrar el amor a los hijos, con muestras de cariño a través de mensajes verbales y no verbales, con caricias, abrazos, besos, miradas, masajes y sobre todo escuchandolos. Algo tan sencillo como decirles que los quieres o que te gusta algo de su persona puede ayudarlos en su autoestima.
- Reforzar los aciertos de los hijos y no siempre reprimirlos por sus errores. Se pueden elogiar los aciertos de modo que refuercen esas conductas positivas y, respecto a los errores, hay que relativizarlos, marcando límites y explicándoles lo que está mal, sin gritos ni amenazas. Siempre es conveniente elogiar las conductas positivas de forma inmediata a la acción. Por otro lado, los regalos o premios continuos no son beneficiosos para la autoestima, ya que, también en el futuro pueden depender mucho de los tipos de bienes materiales, y no es lo mejor.
- Evitar las alabanzas exageradas, ya que pueden ser contraproducentes en los niños con baja autoestima. Si bien los elogios refuerzan la personalidad, es recomendable no ser desmesurado en los halagos ya que olvidan la necesidad de avanzar y superarse y no entienden que los errores ayudan a aprender.
- Relativizar la importancia del aspecto físico. Pocos adolescentes escapan de los complejos, pero es fundamental que los hijos tengan una base solida que afiance su confianza. Nadie ve a sus hijos poco guapos, pero lo que importa es lo que tienen dentro. Hacercelo saber desde chicos es algo que ayudará mucho.
- Aceptar sus expresiones de sentimientos, incluso cuando estos sean negativos. La rabia, el enfado o la tristeza, forman parte de cada personalidad y no hay que reprimidos o castigarlos, sencillamente aceptarlos, eso sí, sin permitir expresiones o conductas violentas o irrespetuosas.
- Compartir juegos con los hijos es fundamental para su autoestima, compartir un tiempo de ocio y diversión, compartir cuentos e historias, bailes. Un tiempo con el que se refuerzan nuestros vínculos y gracias al que aprenden muchísimo. El juego no es un premio, es un derecho fundamental y los mejores compañeros casi siempre son los padres, desde que son pequeños.
- Valorar el esfuerzo de un hijo, sea cual sea el resultado. No siempre se acierta, no siempre se llega a la meta, pero el esfuerzo es un valor fundamental para las personas y para sus futuros logros. Para ello, hay que permitirles ser autónomos en distintas actividades (según sus edades: explorar gateando, comer y enchastrarse, recoger los juguetes, hacer los deberes).
- Finalmente, predicar con el ejemplo. Si nosotros somos un modelos positivo para nuestros hijos, sin ser demasiado duros con nosotros mismos, queriéndonos un poquito más, siendo realistas, y optimistas, los pequeños acabarán siendo el reflejo de los padres.
Fuente: Bebés y más.
Opinar