Existe la creencia de que hablar solo es un signo de locura. Nada más alejado de la realidad. El hablar con uno mismo, conocido también como discurso privado o soliloquio, no es más que la expresión oral de nuestros pensamientos; una actividad normal que puede tener muchos beneficios para la salud emocional.
El para qué del discurso privado
El discurso privado nos da la oportunidad de relacionarnos, acompañarnos y tener tiempo de calidad con nosotros mismos, lo cual permite reducir las tensiones de la vida diaria.
¿Por qué ha de resultar extraño que expresemos en voz alta las palabras y oraciones mentales que constantemente estamos construyendo?
Beneficios de hablar solo
- El hacerlo, puede ayudarnos a conectar la información emocional con la cognitiva. De esta manera, nos es posible gestionar nuestras emociones, sean estas positivas o negativas.
- Las personas que hablan consigo mismas hacen de la comunicación una herramienta para resolver sus conflictos y ser más acertados en sus decisiones personales, sociales o sentimentales.
- Cuando hablamos solos, comprendemos mejor la información que procesamos mentalmente y tenemos mayor dominio sobre la forma en que planificamos nuestra conducta.
- Nos permite mantener el enfoque en la tarea que estamos realizando, tomar decisiones y dirigir nuestro procesamiento cognitivo.
- Tomamos más conciencia sobre nuestra forma de pensar, y si es necesario, hacer los cambios a los que hubiere lugar.
- Si queremos poner en orden nuestros pensamientos, verbalizarlos es la mejor manera de hacerlo.
- El cerebro está en constante procesamiento de ideas que en muchas ocasiones no guardan ninguna relación entre sí, cuando hablamos organizamos las ideas.
- Al expresarnos, en voz alta, el cerebro se ve obligado a procesar más despacio la información, lo que facilita la organización de tus pensamientos.
- Cuando hablamos con nosotros mismos y nos damos instrucciones en voz alta, le brindamos ayuda adicional, lo que hace más fácil evitar las distracciones y lograr mayor atención y concentración.
- Al repetir en voz alta nuestras palabras y escucharlas, podemos, además, visualizar las diferentes opciones que tenemos, contemplar sus pros y contras y categorizarlas de acuerdo a sus posibilidades de ser aplicadas.
- Al realizar una actividad que comprende diferentes pasos, como diseñar un proyecto o preparar una receta, describir las instrucciones de forma verbal, permite mantener la secuencia de las acciones y organizar los recursos durante la ejecución de la tarea.
- El discurso privado mejora el aprendizaje, ya que el verbalizar lo que necesitamos aprender, proporcionamos al cerebro una nueva vía sensorial adicional al recuerdo.
- El soliloquio funciona como una herramienta de planificación, guía y dirección en la solución de problemas, nos permite organizar, ejecutar y evaluar nuestra conducta y funcionamiento cognitivo.
Y… ¡hay más!
- Cuando expresamos en voz alta nuestras preocupaciones y los razonamientos que de ellas resultan, podemos organizar mejor nuestras ideas, lo que hace que se nos amplíe el panorama y se facilite la creación de estrategias que conlleven a la solución de problemas.
- Si nos encontramos en situaciones que resultan desafiantes, el habla privada puede ser usada como una fuente de motivación y de ánimo para ser más efectivos o productivos.
- También nos puede ayudar a aliviar la ansiedad, gestionar el estrés y ver las situaciones con mayor claridad.
Por todo esto es muy importante que cuides mucho tu discurso privado. Que evites juzgarte, criticarte o usar palabras que te descalifiquen o subestimen. Úsalo para apoyarte, animarte y motivarte.
Fuente: Vida Lucida
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