A mayor gasto, más necesidad. La fórmula es sencilla, ¿verdad? Si te mueves, tu cuerpo utiliza más vitaminas y minerales para tener la máquina en marcha. Y ahora que por fin podemos salir a disfrutar diariamente de nuestras zancadas o pedaleadas al aire libre (ojo, siempre siguiendo las pautas marcadas por las autoridades) debemos prestar especial atención a que esas necesidades diarias se cumplen y también a que nuestro sistema inmunológico se mantenga en óptimas condiciones. Por eso precisamente queremos analizar dos “superalimentos,” que poco tienen de recientes, pero que muchos aún no han descubierto, y cuyas propiedades nos ayudarán a rendir estos días y de cara a un inminente verano que si todo va bien nos promete largas horas de deporte (y de salud). ¡Vamos allá!
GINSENG: UNA PLANTA MILENARIA ANTIFATIGA
Ginseng chino
Antes de nada, debemos tener en cuenta que existen muchos tipos de ginseng. El más efectivo se extrae de la raíz de la planta Panax Ginseng, que conocemos también como ginseng chino. Se usa desde hace miles de años por todas sus virtudes, es una raíz rica en almidón, vitaminas B, C y D y minerales como el cobre, el manganeso, el calcio y el sodio.
Se le llama planta adaptógena, porque ayuda al organismo a superar las condiciones de estrés físico o intelectual, por eso tradicionalmente se le han atribuido propiedades antiestrés. Están probados sus efectos para aumentar la resistencia, actuando sobre la glándula pituitaria y estimulando las glándulas adrenales, mejorando el funcionamiento del sistema nervioso, el rendimiento mental, la concentración y la memoria. Aumenta la resistencia a infecciones, ayuda a la digestión y retrasa el proceso de envejecimiento por su riqueza en antioxidantes. En definitiva, nos encontramos ante un poderoso energizante o estimulante natural para nuestro (muchas veces autocastigado, reconozcámoslo) cuerpo activo y que además nos ayuda a combatir el estrés (que entendemos que como a nosotros, en esta situación, más de un día os habrá jugado una mala pasada).
¿ADAPTOGE… QUÉ?
Los adaptógenos son alimentos o plantas «equilibrantes», que ayudan a que el cuerpo se recupere de forma natural, mejorando la resistencia al estrés, sin provocar picos de energía intensos, o periodos de sueño exagerado, que pueden parecer las soluciones mágicas para lidiar con el día a día agotador y llegar a la noche y dormir, pero al final “cansan” al organismo aún más, provocando el agotamiento de las glándulas suprarrenales que puede llevar a enfermedades más graves. Por eso el ginseng es a la vez un estimulante natural que consigue reducir el estrés: no es una contradicción; en los casos de estrés crónico, la energía se agota porque el cuerpo está en estado de alarma permanente y la forma natural y más efectiva de conseguir más energía es también aumentar el descanso para recuperar el equilibrio perdido.
Ginseng en infusión
DALE A TU CUERPO ENERGÍA (MACARENA)
Para todos aquellos que mantenemos una rutina activa, nos puede ayudar en las temporadas de entrenamientos intensos, tanto para mantener la energía y el ritmo físico y mental, como para prevenir bajadas de defensas, evitando infecciones del aparato respiratorio.
Los experimentos demuestran que el ginseng mejora el aporte de oxígeno a los músculos, optimiza el metabolismo de la energía, manteniendo constantes los niveles de glucosa y disminuye la concentración de ácido láctico en los músculos reduciendo la fatiga.
GINKGO BILOBA: UNA PLANTA PARA LA MENTE Y LA CIRCULACIÓN
Hojas e infusión de Ginkgo Biloba
El Ginkgo Biloba también es una planta que cuenta con propiedades medicinales, su contenido en flavonoides y leucoantocianos lo hacen muy eficaz sobre la microcirculación, tanto a nivel cerebral como periférico. Su origen se localiza en China y aunque se utiliza desde hace más de 2.000 años, los nutricionistas continúan recomendando su consumo gracias a sus propiedades y beneficios.
¿PARA QUÉ NOS SIRVE EL GINKGO BILOBA?
Sus principales beneficios apuntan directamente a dos cuestiones importantes de nuestra salud: la circulación y la actividad cerebral. Por ejemplo, los especialistas pueden recomendar su consumo para personas con problemas de memoria o enfermedades más graves relacionadas con esto, como el Alzheimer. También en casos de ansiedad o depresión. En lo relativo a la actividad sanguínea, se suele utilizar para remediar la mala circulación, especialmente de las piernas, por ejemplo en el caso de una vasculopatía periférica.
Ginseng y Ginkgo, dos superalimentos para la salud y el rendimiento
¿CÓMO TOMO GINGSENG Y GINKGO?
Las plantas adaptógenas se utilizan de múltiples maneras. Antiguamente se tomaban en maceración, infusiones o en polvo para añadir a bebidas tonificantes. Ahora se utilizan como ingredientes de smoothies, zumos de frutas, cremas, bien con la planta en polvo o con la raíz o parte de la planta fresca. Prográmalos con tus entrenamientos.
En el caso del Ginkgo Biloba, se pueden aprovechar tanto las hojas como las semillas, estas últimas pueden contener toxinas, por lo que se recomienda habitualmente el uso de sus hojas. Lo más común es tomarlas a modo de infusión.
Ginkgo Biloba
También podemos encontrarlos en otros formatos, que nos facilitan un poco la vida porque son más sencillos de incorporar en nuestra dieta y además incluyen simultáneamente ginseng y ginkgo, junto con vitaminas y minerales que complementan la acción de ambos superalimentos,
Ginseng y Ginkgo, dos superalimentos para la salud y el rendimiento
CÓCTEL DE VITAMINAS
| ¿Para qué sirve? | ¿Qué síntomas provoca su carencia? | |
| Vitamina B1 | Papel importante en la producción de energía a partir de los carbohidratos. Imprescindible para la resistencia. Y alta intensidad. Esencial para el funcionamiento del sistema nervioso central. | Falta de apetito, cansancio, dolor en las pantorrillas. |
| Vitamina B2 | Crucial en la producción de energía a partir de carbohidratos, proteínas y lípidos. Antioxidante. Estimula la actividad atlética. | Dermatitis, grietas en las comisuras de los labios, aftas en la lengua |
| Vitamina B3 | Mejora la respiración celular, produce energía de azúcares, grasas y proteínas. | Falta de apetito, debilidad, lesiones cutáneas, diarreas. |
| Vitamina B6 | Fundamental en la síntesis de proteínas, esencial para la formación de masa muscular. Potencia las defensas, reduce los calambres y los espasmos. Diurético natural. | Convulsiones, aftas en la lengua, anemia, irritabilidad y cambios de humor |
| Vitamina B12 | Fundamental para el metabolismo de la energía y para la formación de hemoglobina y eritrocitos. Mejora la memoria, la concentración y la resistencia aeróbica | Anemia perniciosa, lesiones nerviosas, cansancio al mínimo esfuerzo |
| Ácido fólico | Esencial para la división de las células y la formación de hematíes, es necesaria para el aprovechamiento de azúcares y aminoácidos. | Fatiga, diarrea, anemia, dificultad para recuperarse del esfuerzo |
| Vitamina C | Antioxidante, fortalece las defensas, combate el cáncer y las infecciones. | Debilidad, encías sangrantes, piel áspera, dolor en las articulaciones, mala cicatrización |
| Vitamina E | Antioxidante. Protege contra las enfermedades cardiovasculares. Refuerza las defensas y previene la aparición de ácido láctico, retrasa la fatiga en altitud | Es rara, altera las membranas de los glóbulos rojos y puede provocar fatiga por falta de oxígeno en los músculos |
| Vitamina A | Antioxidante. Mantiene las mucosas y las membranas, participa en la visión nocturna, es importante para el sistema inmunológico y el crecimiento. | Ceguera nocturna, infecciones intestinales, disminución de la resistencia. |
Un pequeño recordatorio para que tengas en cuenta la importancia de las vitaminas en nuestro «body serrano», las del grupo B, además de contribuir al metabolismo energético normal, juegan un papel fundamental para ayudar a disminuir el cansancio o la fatiga como es el caso de la vitamina B9 o ácido fólico. Las vitaminas A, D y E son esenciales para el mantenimiento de la visión y mucosas, huesos y dientes y para la protección de las células frente al daño oxidativo respectivamente, la vitamina K para el sustento óptimo de los huesos y la vitamina C facilita el funcionamiento normal del sistema inmunitario.
No olvides que minerales como el calcio y el magnesio contribuyen a la actividad normal de los músculos; el hierro es imprescindible para el transporte normal de oxígeno en el cuerpo y formación de glóbulos rojos y hemoglobina; el cobre contribuye a ese transporte de hierro en el organismo y otros minerales como el selenio y el zinc logran una óptima función del sistema inmunitario.
Fuente: www.sportlife.es
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